Estilos y Metodologías de Aprendizaje
Las personas perciben y adquieren los
conocimientos de manera distinta. Además, tienen preferencias hacia
determinadas estrategias cognitivas que son las que finalmente les ayudarán a
dar significado a la nueva información. Por ejemplo, unos prefieren hacerlo en
grupos, otros individualmente, algunos optan por la experimentación y otros
requieren asesoría.
El concepto estilos de aprendizaje se
refiere a esas estrategias preferidas por los estudiantes y que se relacionan
con formas de recopilar, interpretar, organizar y pensar sobre la nueva
información1
En otras palabras, podríamos decir que son
los “rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que determinarán la forma en
que los estudiantes perciben, interaccionan y responden a un ambiente de
aprendizaje”2 o, de manera más sencilla, la “descripción de las
actitudes y comportamientos que determinan las forma preferida de aprendizaje
del individuo”3.
El estilo de aprendizaje consiste en
definitiva en cómo nuestra mente procesa la información, cómo es influida por
las percepciones de cada individuo, con el fin de alcanzar aprendizajes
eficaces y significativos. Por ejemplo, cuando se aprende un nuevo concepto,
algunos estudiantes se centran en los detalles, otros en los aspectos lógicos,
otros prefieren hacerlo leyendo o llevándolos a la práctica a través de
actividades4.
Por ello es necesario planificar
actividades ajustadas a los estilos de aprendizaje de los participantes de
manera que sean más receptivos cuando perciban que los objetivos del programa
de formación responden a sus necesidades y expectativas.
Es importante establecer que los estilos de
aprendizaje no son estables, es decir, pueden sufrir modificaciones a lo largo
del tiempo. En efecto, a medida que avanzan en su proceso de aprendizaje los
estudiantes van descubriendo cuál es su mejor forma de aprender, dependiendo de
condiciones tales como las circunstancias, contextos o tiempos de aprendizaje.
Los alumnos aprenden con más efectividad
cuando se les enseña con sus estilos de aprendizaje predominante5.
En consecuencia, podríamos decir que:
El facilitador podrá orientar mejor el
aprendizaje de cada alumno si conoce cómo aprenden.
Si la meta del facilitador es lograr que
los estudiantes aprendan a aprender, entonces se le debe ayudar a conocer y
optimizar sus propios estilos de aprendizaje.
Sin embargo, adaptar la intervención
educativa al estilo de aprendizaje de cada estudiante adulto resulta una tarea
bastante difícil6 y más aún cuando se trata de un proceso de
formación a distancia. En este contexto, varios investigadores han comprobado
que presentar la información mediante diferentes enfoques nos conduce a una
instrucción más efectiva7. En consecuencia, la formación a distancia
posibilita que cada estudiante pueda “recibir” los contenidos adaptados a sus
estilos de aprendizaje predominantes.
Existen diferentes clasificaciones en
relación con los estilos de aprendizaje, por ejemplo, para Honey y Mumford8
los estilos de aprendizaje son cuatro:
Activista: Los estudiantes con
predominancia en el estilo activo se implican plenamente en nuevas
experiencias. Crecen ante los desafíos y se aburren con largos plazos. Son
personas que gustan de trabajar en grupo y se involucran en las actividades
activamente.
Reflexivo: Los estudiantes con un estilo de
aprendizaje predominantemente reflexivo también aprenden con las nuevas
experiencias, sin embargo, no les gusta implicarse directamente en ellas.
Reúnen la información y la analizan con tranquilidad antes de llegar a una
conclusión. Observan y escuchan a los demás, pero no intervienen hasta que se
han adueñado de la situación.
Teórico: este tipo de estudiantes aprende
mejor cuando la información se les presenta como parte de un sistema, modelo,
teoría o concepto. Les gusta analizar y sintetizar; si la información es
lógica, es buena.
Pragmático: Su forma de acceder a la
información es mediante la aplicación práctica de las ideas. Tienden a ser
estudiantes impacientes cuando hay alguien que teoriza en exceso.
Principios que
orientan la metodología de enseñanza en adultos
Según Adam10,
los principios de horizontalidad y participación son los fundamentos de mayor
relevancia en la práctica andragógica, los cuales revisaremos a continuación:
·
Participación: debe entenderse como la acción de
tomarse decisiones en conjunto o actuar con otros en la ejecución de una tarea
determinada. El rol del estudiante adulto en el proceso de aprendizaje consiste
en algo de mayor dimensión que la de ser un receptor pasivo, conforme y
repetidor de las enseñanzas impartidas por el profesor. La participación
implica el análisis crítico de las situaciones planteadas, mediante del aporte
de soluciones constructivas. La participación estimula el razonamiento,
promueve la discusión constructiva de las ideas y conduce a la reformulación de
propuestas como resultado de la confrontación de posiciones11.
·
Horizontalidad: este principio se refiere
fundamentalmente al hecho de ser, tanto el facilitador como el participante,
iguales en condiciones (características cualitativas) al poseer ambos la
adultez y la experiencia, pero con diferencias en cuanto a los niveles de
desarrollo de la conducta observable (característica cuantitativa).
Sin embargo, y
dadas las características del estudiante adulto es importante considerar,
además de estos dos principios, los siguientes:
·
Relación con el mundo circundante. El
aprendizaje se realiza teniendo en cuenta situaciones problemáticas del entorno
físico y social del estudiante.
·
Relación con los intereses de quienes aprenden.
El proceso de aprendizaje debe estar orientado hacia quien aprende, el
estudiante es el centro del proceso, por lo tanto sus motivaciones e intereses
deben ser considerados.
·
Orientación hacia la elaboración de productos,
es decir, que contribuya a mejorar el medioambiente físico y social, pues se
integra el aprendizaje y la acción.
·
Trabajo interdisciplinario. Los problemas que se
presentan pueden ser multicausales, una sola discusión científica no basta para
solucionarlos, por lo que necesitan valerse de varias materias para abordar la
situación desde diferentes puntos de vista.
·
Relación multidimensional de los fines de
aprendizaje. En la situación de aprendizaje por proyectos se persiguen fines de
aprendizaje en varias dimensiones que se apoyan recíprocamente: saber y poder,
pensar y actuar, percibir y decidir, recordar y producir.
·
Posibilidad de generalizar. Los aprendizajes
organizan situaciones didácticas y situaciones de la vida, de manera que el
adulto se prepara y aprende para la acción, generalizando lo aprendido a otros
ámbitos.
Por otra parte, las
teorías de aprendizaje sociocognitivistas, con gran influencia en la educación
de adultos, conciben el aprendizaje como un proceso que se articula entre dos
ejes: el individual y el colectivo. Este enfoque propone un proceso activo y
centrado en el aprendiz, que se desarrolla en un ambiente donde puede expresar
sus ideas, articular su
pensamiento, desarrollar sus propias representaciones, elaborar sus estructuras cognitivas y hacer una validación de sus nuevos conocimientos.
pensamiento, desarrollar sus propias representaciones, elaborar sus estructuras cognitivas y hacer una validación de sus nuevos conocimientos.
Las
características de los adultos como estudiantes imponen algunas condiciones a
la situación de aprendizaje que como formadores o educadores debiéramos
considerar al momento de diseñar y planificar una intervención andragógica:
·
Establecer un clima igualitario y de
convivencia, en el que participantes y formadores sean considerados pares y la
interacción se realice en un ambiente de respeto mutuo, lo que constituye la
base de la relación.
·
Respetar los ritmos de aprendizaje, sin
competencia, comparación ni confrontación.
·
Considerar la experiencia y las habilidades
previas de los participantes, tales como su capacidad para tomar decisiones,
resolver problemas, adaptarse a distintas situaciones y actuar autónomamente.
·
Buscar el equilibrio entre la estructura
propuesta por el modelo de aprendizaje y la autonomía que se otorga al
participante, en orden a favorecer sus decisiones en relación con el contenido
de su aprendizaje y con su modo de realización.
·
Facilitar el acceso del participante a métodos
pedagógicos que favorezcan la discusión con los formadores y entre pares.
La teoría
andragógica de Knowles12 es una tentativa para desarrollar una
teoría específica acerca del aprendizaje del adulto. El autor señala, en
términos prácticos, que la instrucción para los adultos necesita centrarse más
en el proceso y menos en el contenido. En este sentido, las estrategias tales
como el estudio de casos, las simulaciones y las autoevaluaciones son las más
apropiadas.
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